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Un velo de horror se cierne sobre el barrio porteño de Saavedra, Argentina, tras la escalofriante acusación que pesa sobre María Esther Arias. La mujer enfrenta la justicia por el presunto asesinato a puñaladas de su expareja, Percy Rey Reto, un crimen que tiñó de sangre la madrugada del 1 de febrero de 2025 mientras la víctima dormía plácidamente en su propio lecho. La hipótesis central: unos «celos enfermizos» como detonante de la violencia fatal.
Pese al punto final que había marcado su relación sentimental, Arias mantenía un vínculo intermitente con Reto, con visitas que se intensificaban tras los pagos que el carpintero recibía por su labor. La investigación reconstruye una escena macabra: Arias habría aprovechado la familiaridad y la confianza depositada en ella para ingresar sigilosamente al departamento de su ex pareja y asestarle un golpe mortal mientras este descansaba, vulnerable y casi sin vestimenta.
«Le habría asestado una puñalada en el tórax con la que le cortó el corazón. Si bien esto no lo mató inmediatamente, sí —lógicamente— lo habría inmovilizado a consecuencia del inmenso dolor que esta gravísima herida le provocó a Reto Trelles, conforme destaca el médico responsable de la autopsia», detalló el fiscal José María Campagnoli.
Las evidencias que sustentan la acusación tejen una trama de encuentros previos y presagios fatales. Una fotografía publicada por la propia Arias, capturada en el interior del departamento de Reto, muestra a los canes hallados en la escena del crimen, un detalle que la sitúa en el lugar antes del fatal desenlace.
