El preludio del crucial encuentro entre Universidad de Chile y Carabobo por la Copa Libertadores se vio empañado por un acto de indisciplina protagonizado por un grupo de hinchas azules en el propio Estadio Nacional. La tranquilidad de la tarde del martes se vio alterada cuando, según registros audiovisuales que rápidamente circularon en redes sociales, una veintena de fanáticos forzaron una reja en el sector Andes del coloso ñuñoíno, abriendo un acceso irregular a la galería Sur, feudo tradicional de la barra principal del equipo.
La secuencia del quebrantamiento de la seguridad fue capturada por la lente del periodista Marco Escobar de DSports, cuya difusión desató una ola de controversia y críticas en el ecosistema digital. Las imágenes muestran con claridad cómo los aficionados transgreden la zona restringida sin que se advierta una intervención inmediata por parte de las autoridades presentes en el recinto. Este accionar empañó la antesala de un partido de alta trascendencia para las aspiraciones del conjunto universitario en el torneo continental.
Una vez iniciado el compromiso deportivo, la galería Sur, epicentro de la hinchada autodenominada “Los de Abajo”, volvió a ser foco de atención, esta vez por el lanzamiento de fuegos artificiales. Estos incidentes reavivan la persistente discusión en torno a la seguridad en los estadios y el comportamiento de ciertos segmentos de las barras bravas, generando interrogantes sobre la efectividad de las medidas de control en eventos de esta magnitud.
En un contexto donde Universidad de Chile se juega sus cartas para avanzar a los octavos de final de la Copa Libertadores frente a Carabobo, la atención mediática se ha desviado del análisis futbolístico hacia los problemas de convivencia y seguridad que se manifestaron en las horas previas al pitazo inicial. Un contraste amargo para un equipo que busca consolidar su desempeño deportivo en el plano internacional.
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— Out of Context Colo-Colo (@NoContextCSDCC) May 14, 2025