Un inesperado cruce de identidades culinarias ha encendido las redes sociales chilenas, luego de que la plataforma de comercio electrónico Mercado Libre exhibiera un tostador tradicional del país bajo la denominación de “parrilla para arepas”. El utensilio, un elemento habitual en numerosas cocinas a lo largo de Chile, se convirtió en foco de controversia al ser etiquetado con una aparente filiación venezolana.
El artefacto en cuestión, manufacturado por la marca nacional Ilko, se promociona como una herramienta idónea para la “preparar arepas y otros platillos”, una descripción que desató una polvareda de opiniones sobre la apropiación cultural y la autenticidad de los productos arraigados a la tradición local. Mientras algunos internautas defendieron a capa y espada la invención y el uso extendido del tostador en Chile, usuarios venezolanos hicieron hincapié en la familiaridad de este tipo de utensilio en su país para la elaboración de las arepas, un ícono de su gastronomía.
La polémica trascendió la mera denominación de un objeto de cocina, tocando fibras sensibles relacionadas con la identidad cultural y los procesos migratorios, en un contexto donde la coexistencia de comunidades chilenas y venezolanas ha propiciado tanto un enriquecedor intercambio cultural como tensiones puntuales.