En un giro inesperado que contrastó con la euforia de un anuncio musical trascendental, el vocalista y guitarrista de la banda chilena Niño Cohete, Pablo Álvarez, experimentó un abrupto encuentro con la inseguridad urbana en las cercanías del Parque Ecuador de Concepción. El artista se encontraba inmerso en una entrevista para El Mercurio, compartiendo su entusiasmo por la reciente confirmación de que su banda sería la encargada de abrir el esperado concierto de Wilco en tierras chilenas.
La conversación fluía con la naturalidad y alegría propias de la ocasión, con Álvarez incluso exclamando un entusiasta “Es bacán, es bacán”, cuando la escena tomó un cariz dramático. Un individuo, ataviado con una chaqueta oscura, irrumpió en el encuadre de la entrevista telemática y arrebató el teléfono móvil de las manos del músico. La secuencia completa quedó registrada por la cámara que transmitía la conversación con los periodistas del medio.
La reacción de Álvarez fue inmediata: emprendió una persecución a pie tras el ladrón, logrando alcanzarlo para confrontarlo. Sin embargo, la situación escaló peligrosamente cuando el asaltante desenfundó un arma para amedrentar al cantante, obligándolo a detener su intento de recuperar el dispositivo. El ladrón logró finalmente darse a la fuga, aunque, afortunadamente, sin heridas físicas, según reportó Radio Bío-Bío.
Este inesperado episodio de violencia urbana irrumpió en un momento de celebración profesional para Álvarez y su banda, lo que añadió una nota aún más desconcertante al suceso.