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Con la mirada puesta en el horizonte asiático, el Presidente Gabriel Boric desembarcó en tierras niponas, dando inicio a una gira de alto calibre que promete tejer lazos entre Chile y dos gigantes del Pacífico: Japón y China. Tras un vuelo de más de 20 horas, el mandatario tocó suelo en el Aeropuerto Internacional de Haneda, donde una comitiva de autoridades locales y chilenas, encabezada por los embajadores Ricardo Rojas e Ito Takako, le dio la bienvenida.
La agenda en Tokio se despliega con una reunión clave junto al primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, un encuentro donde las conversaciones girarán en torno a la respuesta de Japón ante las políticas arancelarias estadounidenses, un tema de relevancia global. Posteriormente, la ciudad de Osaka se convertirá en el escenario de la Exposición Universal, un evento que coincidirá con la celebración del Día Nacional de Chile el lunes 12 de mayo.
El propio Presidente Boric, a través de sus plataformas digitales, subrayó la trascendencia de esta travesía, destacando a Japón como el principal inversor asiático en Chile y la Exposición Universal de Osaka como una vitrina excepcional para proyectar la riqueza chilena ante más de 28 millones de visitantes.
Sin embargo, la sombra de la controversia acompaña al mandatario en su periplo. La reciente filtración de una conversación privada con la psiquiatra Josefina Huneeus ha generado un torbellino de reacciones en el espectro político chileno, tanto en la oposición como en el oficialismo, añadiendo un elemento de tensión a la agenda internacional del Presidente. La gira, que también contempla un encuentro con el presidente chino Xi Jinping, se desarrolla en un contexto donde la diplomacia y la política interna se entrelazan de manera ineludible.
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