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El termómetro de la opinión pública marca una fiebre preocupante para el gobierno: la desaprobación del Presidente Boric se dispara, alcanzando un 70% en la última encuesta Cadem, un eco amargo de los momentos más álgidos de su gestión. Este desplome, que iguala los registros de los indultos y el crimen de los carabineros, deja al mandatario con un raquítico 27% de aprobación, un declive de cuatro puntos que enciende las alarmas en La Moneda.
El escándalo ProCultura emerge como un factor corrosivo, un ácido que carcome la confianza ciudadana. Las presuntas irregularidades en el manejo de fondos públicos han dejado una cicatriz profunda, avivando las críticas y elevando la presión sobre un gobierno que busca desesperadamente recuperar el pulso.
En paralelo, el conflicto mapuche, cual grieta insalvable, divide a la nación. La Comisión por la Paz, apuesta del Ejecutivo, es recibida con escepticismo: un 42% la ve como un esfuerzo estéril. El diálogo político, con un 51%, se alza como la opción preferida, mientras la intervención militar y la vía judicial/policial se disputan un escaso apoyo.
