La Fiscalía Oriente ha llamado a escena a un actor principal del Congreso: el diputado Joaquín Lavín León. No para debatir leyes, sino para responder a una investigación que lo sitúa en el ojo de la tormenta por presuntos delitos de corrupción. Fraude al fisco, tráfico de influencias y negociación incompatible son los cargos que lo señalan, desvelando una trama de servicios contratados que, según la acusación, nunca se materializaron.
Lavín, amparado en su fuero parlamentario, acudió voluntariamente a la cita judicial, según Radio ADN. El origen de esta indagatoria se encuentra en la ramificación de la querella que pesa sobre Cathy Barriga, exalcaldesa de Maipú y esposa del parlamentario. El foco: determinar si las facturas entregadas por Lavín al Congreso Nacional son meros espejismos, documentos que ocultan la realidad tras una fachada de legalidad.
En el silencio de la sala de interrogatorios, Lavín enfrentó las imputaciones, su testimonio un posible hilo conductor para desentrañar los secretos de esta compleja investigación. La atención pública, como un reflector implacable, ilumina cada paso de esta indagatoria, que busca establecer si los hechos denunciados constituyen una malversación de recursos y un abuso de poder.