Un macabro patrón de crueldad animal ha emergido en las sombras de la comuna de Santiago, tiñendo de inquietud la cotidianidad de sus habitantes. Desde el año 2023, un basurero se ha convertido en el silencioso depositario de al menos 10 gallinas heridas, un hallazgo que vecinos y rescatistas vinculan con oscuras prácticas de santería. Los animales, descubiertos al interior de bolsas plásticas, a menudo rodeados de cirios consumidos y mensajes crípticos con alusiones esotéricas, exhiben un cuadro desolador: desnutrición severa y lesiones escalofriantes, como fracturas expuestas.
El reciente descubrimiento de una nueva víctima ha exacerbado la preocupación, elevando la voz de alarma ante la persistencia de estos actos de barbarie. María Cueto, una rescatista y ferviente defensora de los derechos animales, ha alzado la voz ante la gravedad de estos repetidos hallazgos.
Con la crudeza de quien ha presenciado el sufrimiento en primera línea, relata que solo una de las aves ha logrado sobrevivir a este calvario, aunque su cuerpo quedó irreversiblemente paralizado. El resto, lamentablemente, debió ser sometido a eutanasia ante el irreversible deterioro de su condición.
Junto a los cuerpos maltratados de las gallinas, un detalle escalofriante emerge de la oscuridad del basurero: notas manuscritas que velan oscuros propósitos. Estos fragmentos de papel, encontrados entre velas consumidas y los restos de los animales, insinúan un trasfondo macabro, con menciones inquietantes a tráfico de drogas y amenazas veladas. La recurrente alusión a la plaza Pedro de Valdivia en Providencia añade un enigma perturbador, sugiriendo una posible conexión o un punto de origen para estas prácticas siniestras, intensificando la perplejidad y el temor en la comunidad ante la naturaleza de estos rituales crueles.