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El Estadio Nacional fue testigo de una jornada aciaga para Universidad de Chile, que sucumbió sin atenuantes por un contundente 3-0 ante un efectivo Estudiantes de La Plata, en un duelo válido por la cuarta fecha del Grupo A de la Copa Libertadores. Sin embargo, más allá del marcador lapidario que significó la pérdida del liderato del grupo, el foco de la atención post-partido se centró en una jugada puntual, protagonizada por Rodrigo Contreras, que encendió la controversia en las plataformas digitales.
Tras un forcejeo con el mediocampista argentino Santiago Ascacíbar, Contreras se desplomó aparatosamente, acusando una supuesta agresión directa al rostro. El árbitro colombiano Andrés Rojas interrumpió de inmediato el juego, recurriendo a la tecnología del VAR para dilucidar la veracidad de la acción.
Las imágenes, proyectadas con la frialdad de la evidencia, desmintieron categóricamente la acusación del atacante azul. El análisis cuadro por cuadro reveló que la interacción de Ascacíbar se limitó a sujetar la camiseta de Contreras, sin que existiera contacto alguno con su cara, dejando al descubierto una simulación que no pasó inadvertida.
