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En un acto de ultraje que ha resonado con profunda indignación en la capital, el Cementerio General de Santiago fue escenario de una profanación sin precedentes. Un grupo de individuos, en una escalofriante muestra de irreverencia, documentó su incursión vandálica en video, viralizando imágenes que los muestran patinando sobre lápidas, dejando su huella en mausoleos con rayones y, lo más escalofriante, extrayendo restos óseos, incluyendo cráneos, con una actitud desafiante y burlona.
La profanación del mausoleo del expresidente Salvador Allende añade una capa de sensibilidad histórica a este deplorable suceso, exacerbando la condena a nivel nacional. La voz de repudio no tardó en alzarse, siendo el alcalde de Recoleta, Fares Jadue, quien denunció públicamente este «cobarde acto de profanación».
El metraje incriminatorio revela la presencia de tres sujetos: uno, protagonista de un macabro deslizamiento en skate sobre las tumbas; otro, su cómplice silencioso; y un tercero, el ojo que registró la secuencia del ultraje. Las imágenes no dejan lugar a dudas sobre su accionar dentro de una sepultura, de la cual sustrajeron los restos óseos con una frialdad escalofriante. La exposición de los nombres inscritos en las tumbas mancilladas agudiza la herida moral infligida a las familias que allí rinden tributo a sus seres queridos.
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